Consejos importantes para la seguridad de tus hijos en la alberca

Por: Iveth Delgado

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12 May 2016

 1 min de lectura

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El salvavidas pasa corriendo rápido a un lado del camastro de María, unos pasos adelante, se avienta a la alberca, justo en medio de donde todos los niños están jugando.

Antes de que María se pueda levantar, el salvavidas ya carga a Raúl, su hijo de 10 años y lo saca de la alberca. Alguien estaba gritando el nombre del niño y él comenzó a llorar. Su pequeño se estaba ahogando justo frente a ella y María no tenía ni idea.

Ver a un niño ahogarse en una película es muy diferente a la realidad.

  •   Normalmente el ahogamiento es un evento dramáticamente tranquilo y, aunque estemos presenciando uno, podríamos no darnos cuenta.
  •   El ahogamiento es la segunda causa de muerte accidental, sobretodo, en niños menores de 15 años.
  •   El 40% suceden teniendo a los padres muy cerca y hasta el 10% de los casos podrán presenciar uno sin darse cuenta de lo que está sucediendo.

Aquí te decimos los consejos importantes que debes saber sobre un ahogamiento y cómo tratar de reconocer cuando esté sucediendo uno: 

Alguien que se está ahogando, no hará un escándalo.

Salvo en situaciones muy raras, las personas que se están ahogando son psicológicamente incapaces de gritar por ayuda. El sistema respiratorio fue diseñado para respirar primero, y después hablar. Por lo tanto, alguien que se está ahogando no va a hacer un escándalo, será muy tranquilo y callado.

Cuidado si notas lo siguiente:

La cabeza bajo el agua y la boca a nivel del agua.

Cuando te ahogas tu boca está debajo del agua y sólo vuelve a la superficie por unos instantes para de nuevo regresar dentro. Este tiempo no es suficiente para exhalar e inhalar aire para respirar bien y pedir ayuda.

Brazos a los lados sin control de los movimientos.

Instintivamente una persona pondrá los brazos a los lados tratando de empujar el agua hacia abajo para salir a la superficie a respirar, sin embargo, no puede controlar sus movimientos. Psicológicamente, está luchando para mantenerse en la superficie y no puede dirigirse hacia un lugar seguro o a buscar ayuda.

No usa las piernas y está posición vertical.

También, por instinto, el cuerpo de la persona se mantiene en una posición vertical y no usa las piernas. A menos de que sea rescatado por un salvavidas preparado, las personas pueden luchar entre 20 y 60 segundos antes de la inmersión.

No todos los casos son iguales.

Sin embargo, el hecho que las personas puedan pedir ayuda no significa que no estén en una situación de peligro real, podrían estar experimentando angustia acuática, la diferencia con ellos, es que son capaces de ayudar en su rescate, por ejemplo, recogiendo una cuerda, entre otras cosas.

Otros signos de ahogamiento…

Además de los ya nombrados, entre los signos de ahogamiento más importantes que hay que buscar en las personas que están en el agua son:

      Cabeza inclinada hacia atrás con la boca abierta.

      Ojos vidriosos y vacíos, no pueden enfocar.

      Ojos cerrados con el pelo en la frente o sobre los ojos.

      Hiperventilación o jadeos.

      Tratar de avanzar en una dirección y no pueda avanzar.

      Tratar de darse la vuelta hacia la parte posterior.

      Que busque subir una escalera y no salga.

¿Cómo prevenir un ahogamiento?

Si los niños están jugando en la alberca y no parecen estar en problemas, lo mejor es asegurarse de ello. Si los ves flotando en el agua hacia arriba, pregúntales si están bien, hazles algunas preguntas, si las contestan sin problemas, lo más seguro es que todo esté bien. Si te regresan una mirada en blanco, lo más seguro es que tengas como 30 segundos para salvarle la vida. No hay que olvidar que los niños en las albercas son ruidosos, cuando no lo sean, es mejor averiguar qué está pasando.

Para terminar…

Te dejamos algunas recomendaciones muy importantes para evitar un accidente que pueda ser fatal:

      No dejes a los niños en las albercas sin supervisión, de preferencia, que ésta persona sepa cómo administrar resucitación cardiopulmonar.

      No dejes jamás a un niño solo cerca de una alberca y mucho menos adentro.

      No dejes juguetes dentro de la alberca o sus alrededores.

      Si tienes alberca ponle una cerca de no menos de 1.2mts, con una cerradura que no esté al alcance de los niños.

      Mete a tus niños a clases de natación lo antes posible. De 1 a 4 años es la edad recomendable.

      Aún sabiendo nadar es importante estar al pendiente y no dejarlo jugar cerca del desagüe.

      Por ninguna razón te alejes de los niños que no saben nadar.

      Enseña a los niños a no correr, empujarse, ni saltar unos sobre otros cerca del agua.

      Si tienes la posibilidad, aprende primeros auxilios, esto siempre ayudará cuando haya algún accidente.

La alberca nos da horas de diversión y mucho ejercicio tanto para niños como grandes, sin embargo, sin las medidas preventivas puede ser una trampa mortal. Un niño pequeño puede ahogarse en 2.5 centímetros de agua en una tina sin supervisión, a los 2 minutos sumergido se queda inconsciente y si no llega ahogarse, puede sufrir un daño cerebral irreversible.

Este tipo de accidentes, normalmente, se pueden prevenir, la clave es estar al pendiente todo el tiempo, aun cuando tus hijos sepan nadar, ¡no te descuides!

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